20.9.09

Cuatro Cuadras (y tendré que doblar...)

Faltan cuatro cuadras, en la siguiente debo doblar a la izquierda. ¿Cómo estará vestida? ¿Cómo la recibiré? ¿Cómo lo hará ella? Realmente creo que es una noche para caminar del brazo y charlar desinteresada y jovialmente... No tengo real idea de dónde iremos esta vez, iremos a algún lugar que ya pensó o quizás a alguno que nos lleve la propia vida. Por su parte estuvo pensando ella en los lugares conocidos por casualidad pero también el gusto por estos nuevos lugares conocidos... Doblo a la izquierda y observo con atención, la calle está tenuemente alumbrada, tiene un contexto adecuado para seguir pensando... ¿Cómo estará vestida? ¿Allí estaba? Si, creo que si... Tres señores en bicicleta están revolviendo un gran tacho de basura, de esos grandes que están en la calle, esos que hace un año están en Buenos Aires. ¿Pasará algo? ¿Debo desconfiar? Realmente no se percatan de mi presencia, me dejan pasar como si nadie fuese y yo, acostumbrado a unos nervios bien porteños, simulo calma y continúo caminando sin dar rastros de tensión mas escucho atentamente.
No llega sin sorprenderme la velocidad en la cual aparece la esquina de tu casa, donde debo doblar a la derecha para ubicarme a solo 50 metros de linea recta. El pecho acaricia desde dentro con violenta dulzura. Tan solo tengo que vivir todo lo que pensé con ella en este tiempo, tan solo tengo que vivir esos sueños infinitos en los que me encuentro con su sonrisa.
Toco timbre, aunque en armonía estoy completamente revolucionado por dentro. Las danzas de millones de afectos y sentimientos se arremolinan infinitamente dentro de mi y no puedo dejar de sentir la inmensidad de este instante. La luz al final del pasillo y los golpes cada vez más fuertes dentro de mi, sabiendo que la larga espera está a un instante de terminar. Aparece la sombra entre la luz, nada se distingue más que un disimulado salto en la pequeña caminata. La tenue luz de la calle comienza a iluminar su rostro hermoso. Observo con dulzura el pálido brillo de sus ojos, descubro la comisura de sus labios, el pliego que orienta sus orillas al cielo...
El estado anterior al sol se presenta en todo mi ser, el instante anterior al único sentimiento más hermoso y puro que la armonía...
Abrís la puerta y tan solo me paro ante ti, enfrente, inmóvil, tan solo observándote con el amor de un niño y la emoción de un viajero. Me dejo abrazar, envuelto en tus brazos y tu cabeza sobre mi pecho. Luego de un instante rodeo tus hombros con mi brazo derecho y apoyo mi cabeza contra la tuya, con la frialdad necesaria para que puedas vislumbrar la intensidad de mi estado, para que sepas que soy consciente de mi arrebato de locura.
Esto jamás lo había pensado, hace cuatro cuadras que toda la vida es nueva para mi corazón...



Te quiero con inusitada locura...

15.9.09

Amores franceses, ingleses y rusos. (Y una jovencita rusa.)

"Un francés, Mr. Astley, es una "forma" terminada, elegante. Usted, como inglés, puede no convenir en ello; yo, como ruso, tampoco estoy conforme, aunque no sea más que por envidia, quizá. Pero nuestras muchachitas parecen ser de otra opinión.

Racine puede parecer a usted preciosista, amanerado y perfumado, y le costará trabajo leerle. A mí también me parece preciosista, amanerado, perfumado, incluso ridículo, desde cierto punto de vista; pero es encantador, Mr. Astley, y, además, tanto si lo queremos como si no, un gran poeta. El francés tipo, es decir, el parisién, se ha formado en el molde de la elegancia, mientras que nosotros éramos todavía una especie de osos desgarbados. La revolución heredó a la nobleza.

Ahora el francés más obtuso puede tener modales, procedimientos, expresiones, y hasta ideas de una forma sorprendentemente elegante, sin que para ello intervenga su voluntad, su alma o su corazón. Todo eso le ha sido transmitido por herencia. Pero pueden ser frívolos e incluso viles hasta el último extremo.

Sepa usted que no existe criatura más confiada y más franca que una joven rusa, buena, inteligente y sencilla. Un Des Grieux, en cualquier forma que se presente, puede ganar su corazón fácilmente. Tiene elegancia, Mr. Astley, y la joven toma aquella elegancia por su propia alma, por la forma natural de su alma y de su corazón, y no como vestimenta heredada.

-Aunque no le agrade oírlo, Mr. Astley, debo confesarle que encuentro a la mayoría de los ingleses orgullosos e inelegantes. Los rusos tienen un sentido bastante delicado de la belleza. Mas, para discernir la belleza del alma y la originalidad, es preciso una independencia y una libertad superiores a la que poseen nuestras mujeres, y, en todo caso, más experiencia. Una miss Paulina -perdóneme, se me ha escapado este nombre- necesita mucho tiempo para resolverse a darnos la preferencia sobre un pícaro como Des Grieux. Le apreciará, le abrirá su corazón, pero ese corazón palpitará por el pícaro, el vil y mezquino usurero Des Grieux.

Lo hará por tozudez, por amor propio, porque Des Grieux se presentó ante ella con la aureola de marquéselegante, de hombre generoso, que se había arruinado para ayudar a su familia y a ese pobre diablo del general. Todas estas maniobras han sido descubiertas. Pero poco importa. Déle el Des Grieux de otro tiempo -he aquí lo que necesita-. Y cuanto más odia al Des Grieux de ahora, más piensa en el antiguo, aunque este último no haya existido más que en su imaginación. ¿No tiene usted intereses en un negocio de azúcar, Mr. Astley?

-Sí, soy uno de los comanditarios de la gran refinería Lowell &Co.

-Bien, Mr. Astley. Ser un Apolo de Belvedere y comanditar una refinería no son cosas compatibles, como verá. Por lo que a mí respecta, no soy más que un miserable jugadorzuelo, que no tiene negocios, que ha dejado de hacer de criado, y eso miss Paulina, que tan bien montado tiene su servicio de espionaje, no lo ignora."


El jugador - Fëdor Dostoyevski

8.9.09

Rosario Sep.09

"Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?"