11.8.09

Confesiones en Invierno. (Escribo en el camino)

Cuando te dije que no recordaba el camino porque siempre me iba de tu casa pensando en vos lo dije sin pensar que eso se haría realidad. Apenas puesto el pie en las hinchadas maderas que hay, acaso temporalmente, en la vereda de tu casa me acometieron los más inevitables pensamientos... El abrazo que nos dimos al vernos nuevamente en la absurda ausencia de tres semanas exactas, verte renegar con la pava sin que consigas poner el agua a punto para que podamos compartir unos mates y esas charlas tan desinteresadas que solemos tener al momento de estudiar. Las miradas mientras comenzamos nuestra composición, al estar presente, al inspirarme, al dejarme sentirte actuás más allá de las notas que eventualmente podamos elegir. Las miradas de goce y júbilo al sentirnos reconocidos en una modulación o alguna tensión que circule en algún compás. Freno un segundo, tapo el viento, prendo un cigarrillo y cuento, mentalmente, las cuadras que me faltan para doblar a la izquierda y llegar a la parada del colectivo.
Todo esto último, todo este acto conciente de ubicación en el espacio tiempo del hermoso barrio de Villa del Parque sucedió sin que pueda quitar de mi cabeza tu sonrisa, de vernos cantar la melodía que inventamos... Hermoso acto de soltarnos y mostrarnos las pavadas que hacemos, vos gesticulando mientras arpegiás los acordes, yo tocando una batería invisible...
Llego a la parada, me detengo ya que el colectivo aún no asoma y viene a mi cabeza el inevitable pensamiento, aquello que con todo mi corazón estaba tratando de evitar:
"Diorella, ¡la puta que te parió! Hace un frío de cagarse y encima me garúa finito... La próxima nos juntamos a estudiar en casa o te mato. ¡Te odio Diorella!"

3 comentarios:

valeria dijo...

La transparencia de tu prosa se roba mis sonrisas, me encanta sentirte tan vivo.
Ansío nuevas historias guardadas en cajitas de té. Somos la eterna recapitulación de sentimientos que no dejan de encontrarse.

valeria dijo...

¿A usted le parece?
A una semana de vernos, y encima se toma el tupé de preguntarme por qué estoy feliz. ¡Pero che!

Paris dijo...

Me encantó la primera la parte.. ahora.. el final es un bajón... mas por la puteada jajajajaja