27.5.10

Respuestas.

Siendo poco fiel a mi linea intelectual/racional/espiritual al escribir, pretendo trazar el vuelo antes de escribir, siguiendo un lineamiento que se basa en las respuestas. No son respuestas certeras, no son respuestas finales, simplemente son las vibraciones generadas por vuestros párrafos. Aún así, ha de saber que todo vuelo siempre es libre, por más que la jaula sea el límite, las opciones dentro de ese vuelo son infinitas si uno sabe ser creativo y observador, por consiguiente, dudo que mi siguiente respuesta tengo sentido entre si ya que me propongo desmenuzar vuestro pensamiento.

Amada:
La duda es un concepto extrañamente amplio. Su carácter abstracto es causal de ello, generando así millones de reacciones diferentes. En vuestro caso, finalmente, esta duda es el motor del conocimiento. En mi caso puntual es, la duda, el resultado de una curiosidad insaciable, de la necesidad del percibir, tomando entonces a la propia vida como el motor del crecimiento. Aún así, el no querer responder o investigar cierto planteamiento no deja de ser otro acto de crecimiento, ya que de toda duda se desprenden otras, inevitablemente. ¿Por qué no lo he hecho? ¿Hubiese sido favorable? ¿Qué sería del ahora?
La vida, me ha explicado un gran maestro y amigo, es un espiral ascendente, y si bien esta tampoco es una verdad universal, confieso que puedo vivir de esa manera. La vida de alguna manera se presenta cíclica, pero nuestro ser es quién cambia constantemente. A diferencia de hace un tiempo ya no creo en la irrepetibilidad de un suceso, sino que descreo firmemente de la condición estable del hombre (lo cual significa necesariamente cambios, buenos, malos y ni buenos ni malos). Adhiero, firmemente a la intensidad del momento pero gusto de darle una vuelta más, incluso en el caso de que la realidad y nosotros mismos nos podríamos repetir exactamente igual que en el pasado, ¿qué razón hay para no vivirla intensamente? Soy partícipe de la elección activa ya que es esta opción la que presenta más variables frente al presente, pero no olvidemos que la no elección presenta muchos cambios en nosotros mismos (arriesgo: como este texto y estos pensamientos, tuyos y míos). No crea que por no haber hecho algo, ya el tiempo está perdido, el perder algo no borra los recuerdos y, en el peor de los casos, aportará el lugar donde podremos colocar otro libro. Con esto no quiero criticar, estoy fielmente emocionado con su visión de las cosas, a las cuales asiento con una fuerte dicha, pero me veo obligado a hacerla dudar y tratar de que ambos veamos más allá.
Tal cual usted dice, la vida está llena de elecciones, gusto de llevarlo al punto de decir; "la vida es elegir". Sé que también suelo decir "la vida es percibir", "la vida es una melodía", el amor o cientos de cosas con las que suelo emocionarme todos los días, alternando entre ellas, de manera azarosa y a veces no tanto. Desvarío. Todas esas visiones de la vida también se engloban en esa vida de elecciones, el qué percibir, el cómo, las palabras que uno elige, el disco con el cual uno comienza el día a sabiendas de lo que puede generar (y a sabiendas de lo que no podemos controlar). Ahora, irónicamente, me encuentro peleando contra la coherencia... siento que buscando la más absoluta coherencia no hago más limitar el cambio, llevando sobre mi espalda elecciones que no volvería a tomar o que jamás se me presentarían nuevamente. Sucede que esa coherencia es de alguna manera nuestra identidad, los gustos, los deseos y cuanto agente propio se presente. Aún no sé si el camino que lleva a uno mismo es la personalización en uno mismo, o la (des)personalización en el todo, y para ser sincero no sé si serían tan opuestos como suenan...
Estoy de acuerdo con los cambios que implica la elección, estoy medianamente de acuerdo con el perder cosas durante la elección (digo, no se pierde lo prescindible, no se elige dejar lo imprescindible) y estoy en completo desacuerdo con la existencia de elecciones no deseadas. Todo lo que se haga se hace por algo, sino, no se elige, una elección no puede ser jamás no deseada ya que para existir como tal debe ser imaginada en algún momento y, entonces, se desea su existencia. Ahora, dejando de lado un poco mi percepción de la frase (y su interpretación) entiendo que las elecciones y los deseos cambian conforme al tiempo o a las situaciones que uno vive, es aquí donde uno debe aprender de lo elegido y esperar las oportunidades cíclicas (pero ascendentes) de la vida.
Yo he elegido el peso de ser yo mismo incluso en cada latido, pero siento que solo elijo por instantes y que lo que elijo para siempre es tratar de elegir siempre lo mismo y tratar de perpetuar esa condición. No siento que puedo ser determinante en una decisión, mas si siento que quiero o debo seguir eligiéndola a cada momento y edificar desde esa postura. Es de alguna manera siempre reafirmar los cimientos y no darlos por sabidos, trato de no obviar los principios fundamentales de mi vida, aunque ello implique dudar de ellos mismos, en cada instante, en cada evaluación.
Siempre, siempre me llevás a las mismas maravillosas preguntas, aquellas que no dejo de intentar resolver. ¿Qué es un sentimiento? ¿Qué es un pensamiento? ¿Un deseo? ¿Hay diferencia entre ellos? Todas ellas surgen del mismo lugar y afectan al mismo lugar. Todas ellas tienen su parte "racional" y su parte que no (los separo por una cuestión meramente comunicacional), desde los pensamientos hasta los sentimientos, pasando por todos los estadíos intermedios. Si uno se pregunta por qué siente algo, de alguna manera siempre hay una mínima respuesta lógica, si uno se pregunta por qué piensa algo, el punto irreductible es un "porque de alguna manera lo creo así"... Tenemos pues, el todo en el todo. ¿Se puede ser racional o irracional? Para mi siempre se es el punto medio, aunque uno quiera salir de ese equilibrio. Insisto en una idea con la que coqueteé antes: ¿Estoy realmente renunciando a algo si es que quiero algo que me exige dejarlo? A mi modo de ver no renuncio a ese algo, sino más bien que elijo lo otro. Lo que parece una pavadita lógica y de orden de términos es ni más ni menos que uno de los fundamentos con los que percibo la realidad aparente... Creo que siempre la elección tomada es la correcta y la más fuerte, como si uno actuara solo frente a lo inevitable (momento en el cual uno se siente seguro de la opción que ha tomado). En realidad, no estoy seguro sobre este último punto, lo cual quedará para debate. ¿Es un método de elección la necesidad o inevitabilidad de una de las opciones? Con esto quiero decir, ¿uno se lleva a si mismo a necesitar desesperadamente una de las opciones para elegir? Tarea.
¿Es realmente posible que la vida fácil sea aquella que se contradice a sí misma? Toda persona dotada de una inteligencia como la vuestra ha de entretejer grandes mentiras para poder creer lo que no es. No hay sofismos sino conclusiones fundamentadas íntegramente en vuestro ser, con pasión y con razón. Por ende no veo posible que la vida se escape de usted, ya que no existen los halos de intrascendencia y mucho menos aquellas respuestas atenuadas por la mediocridad.
Espero que no existan los puntos finales, no creo en ello, desconfío de las vueltas de llave, desconfío de la represión. No veo a una puerta entreabierta como una posibilidad de escape, creo que no hay que cerrar las puertas. No podemos escaparnos del cambio constante. Pero si hemos de elegir las puertas que deseemos cruzar, si hemos de elegir la actitud con la cual cruzar esas puertas y de qué mano podremos eventualmente hacerlo. Espero, con calma, al día que en tu equilibrio busques el crecimiento y la armonía en la vida. No satisfacer un capricho inevitable, sino el hambre del espíritu entero que busca encontrarse consigo mismo, con la tierra y el universo. Cuando todo te pertenezca, cuando te pertenezcas a vos misma. Me encontrarás y te encontraré en otro lenguaje, en la pureza del amor que solo permite dar. Solo deseo crecer a tu lado, ni a tu forma, ni a la mía, ni a la nuestra, solo crecer, solo el compartir. Esa es mi elección, mi deseo y mi razón.

16.5.10

¿Qué me significa el amor?

Una armonía con extraños acentos. Una melodía hermosa compuesta de apenas un par de notas. No necesitar de besos, ni de caricias. No verte, no tenerte, no saber nada de vos. Estar presente en cada mirada, en cada sonrisa, en cada sorpresa, en cada vestigio. Es convivir, es compartir. Es dejar todo y no dejar nada. Es fluir, es cambiar, es brillar y volar. Es escuchar un disco juntos, es desear un momento, esperarlo. Es no saber cómo se presentará, es caminar.
Es el pulso concreto de la vida, sus vaivenes, sus presagios, sus recuerdos, sus vivencias y experiencias. Y cuando se encontrara la luz nada dejaría de brillar, por convicción, por lógico razonamiento. Abrazarte, no mirar hacia atrás cuando me marcho, no dejar ir a mi corazón.
Es esperarte, es continuar mi vida, es saber que siempre estaré allí, es saber que siempre podré reconquistarte, es saber que nunca podré hacerlo del todo.
No importa nada de eso. Solo nosotros anhelando una realidad, tan solo tararear una hermosa melodía, una tarde lluviosa de domingo, esperando un colectivo que aún no llega.
Hoy vuelvo a amarte, como tantos otros días...