5.9.08

Día 4. (Fin de semana por adelantado)

Dado a mi estado de salud he tenido ciertos privilegios en el laburo. Hoy, a penas llegué Jorge (socio gerente mayoritario) me pidió que suba. Me preguntó por mi estado de salud y me dijo que en cuanto empiece a sentirme un poco mal que avise y me vaya a casa. Yo en realidad quería hacer cuantas cosas pueda para no atrasarme más con mi laburo. Sigo sosteniendo que me enfermé en el momento justo dado el poco trabajo que tengo yo particularmente. Hice las cosas que debía hacer. Fue un gran día, como todos los viernes. Si bien reina el buen humor en la oficina y en el taller la mayoría de los días, los viernes son muchísimo más divertidos, todo el mundo se presta a las bromas y a las gastadas. Por la tarde, luego de comer, comencé a sentirme mal así que pisé un poco el acelerador como para poder terminar lo que tenía que hacer e irme.
Por otra parte le comenté a Roberto que, dado que no hay plata en la empresa (no porque vayan las cosas mal sino porque hay pagos pendientes) que si la plata que entra no es suficiente, mi sueldo me lo podían pagar más tarde dado que no tengo familia que mantener y por suerte pude ahorrar en dos meses un sueldo. Roberto le comentó a Jorge, quién antes de irme me agradeció mucho. Fue un lindo acto creo que de las dos partes, de ellos por la gratitud y de mi por el desinterés. Al fin y al cabo la guita quizás la necesita alguno de los operarios para pagar el alquiler o lo que sea, no me parecía lógico sacarle la plata a ellos si yo no tengo necesidad de tenerla ahora. Por otra parte, después de hablar de esto Jorge me preguntó como estaba y le dije que no me sentía muy bien, me preguntó luego acerca de si había terminado lo que tenía para hacer el día de hoy, cosa que había hecho y me dijo "ya está, andate a la mierda, andá a descansar a tu casa". Ese andate a la mierda suena mal pero uno al conocer las expresiones de Jorge se da cuenta que fue en el buen sentido de la palabra... No sé si lo tiene, bueno, al menos él se lo inventó.
Por otra parte, lo noté mucho más tranquilo y cordial a Jorge, lo cual siempre es bueno. Más de una persona como él que tiene tanto para enseñar y a veces no encuentra los métodos para hacerlo. Cuando lo hace en forma de gritos uno no aprende realmente porque uno se pone a la defensiva.
Por otra parte ayer hablé por teléfono con Brenda, justo cuando estaba por irme a dormir me pasó el teléfono de su casa y me dijo algo que me causó ternura. Después de pasarme el teléfono me dijo "para cuando quieras llamarme". Fue tierno porque ella tenía ganas de hablar pero como que le daba vergüenza. De más está decir que yo quería dar ese pequeño saltito del msn al teléfono.
No es que halla olvidado a Valeria ni mucho menos. Pero vengo hablando todos los días con esta pequeña hippie hace como un mes. Me atrae, no me genera lo que me genera Vale, pero quizás sea cuestión de tiempo o vaya uno a saber qué. Como lo que dije ayer, no voy a estancarme por Valeria. Hoy hablé de esto con Luisina. Le dije si estaba bien "traicionar" lo que siento por Valeria para ver que puede suceder con Brenda... Luisa es tan sabia para el amor, principalmente porque es muy dulce e inocente y creo que, en el amor, eso es sabiduría. Luisa es un ser al cual quiero de una forma increíble, una gran amiga y bellísima persona. En sí lo que ella me dijo fue, dejá de lado lo que sentís por Vale, dejalo latente pero no lo alimentes.
Esas cosas las puede decir solo alguien que tenga el corazón puro como lo tiene ella. Así que bueno, ahora veremos que sucede con Brenda. Por supuesto, y aquí lo bello de la cuestión, todo con Brenda se está dando tranquila y naturalmente. La invité este domingo a desayunar y contemplar la mañana. Le encanta el sol a ella, cosa que a mi también. Ayer hablamos muchísimo y descubrí que es una persona espiritualmente muy rica. Me gustó mucho esa cualidad que si bien podía vislumbrarla, ayer quedó confirmada.
Mientras volvía del laburo (sin pilas en el mp3 y sin plata para comprar, no fui al cajero aún) me di cuenta que no tenía nada para hacer en el bondi, así que me fui a una librería y me compré "El mito de Sisifo" y la pagué con el gran invento de la tarjeta de débito. Empezó muy bien el libro, previamente se lo había regalado a Ramón (gran amigo y bajista) para su cumpleaños.

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